Al mirar a la ventana y no ver nada
me preocupa que el día a día
siga siendo tan oscuro,
todo el mundo en movimiento
y tú esperando un momento de silencio,
esa oleada de viento que impulsa tu pelo,
la cuál te trae aquella fragancia
tierna, dulce, esa que te hace recordar.
Recordar lo a él,
su silueta dibujada en el viento,
te mira
y te acaricia el pelo,
sonríes y dejas caer un suspiro.
Se para el tiempo
todo perfecto.
Perfecto...
pero solo por un momento.
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