Mi camino no lo escoge una moneda,
pero mientras da vueltas y vueltas
imagino hasta dónde puedo yo llegar.
Una vez cae al suelo,
solo tengo que actuar.
Ojalá mi camino lo indicara una moneda.
Que me dijera dónde ir, que hacer y
quién ser.
Que me diera las pautas de toda una
vida.
O me diera pistas para elegir senderos.
Que sus dibujos me inspiraran para
volar.
O dónde alzar el vuelo.
Da igual como sea, da igual su
contenido.
Sigue siendo una moneda que no guía,
pero inspira nuevos caminos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario